En 1864 Luis Pasteur culminó con una de las etapas que causó mayor
controversia en la historia de la ciencia, en la cual se planteaba que los
sistemas vivos se originaban por generación espontánea; debido a sus
experimentos con matraces de cuello de cisne Pasteur demostró que “lo vivo
procede de lo vivo”, dando pie al desarrollo de nuevas teorías.
En 1924 el bioquímico ruso Alexander Oparin
publicó la obra “El origen de la vida”, y en 1929 el biólogo inglés John
Haldane, propuso de forma independiente una explicación sobre el origen de la
vida muy semejante a la de Oparin. Las ideas de ambos autores se incluyeron en
lo que hoy conocemos como Teoría de Oparin–Haldane o Teoría quimiosintética que
plantea que el origen de los sistemas vivos se produjo a partir de una serie de
procesos químicos.
Esta
teoría se basa en la suposición de que las condiciones físicas y químicas que
existieron en la Tierra primitiva, eran radicalmente distintas a las actuales
de manera que permitieron el desarrollo de la vida.
Oparin y Haldane propusieron que en la tierra primitiva existieron
determinadas condiciones como: elevada temperatura, descargas eléctricas,
erupciones volcánicas y radiaciones del Sol, que afectaron las sustancias que
existían en los mares primitivos.
La atmósfera
era muy diferente a la actual, tenía un fuerte carácter reductor, es decir
carecía de oxigeno libre y estaba formada de gases como el hidrógeno (H2),
el metano (CH4), el amoniaco (NH3) y vapor de agua (H2O).
Estos compuestos gaseosos reaccionaron entre sí debido a la energía de la
radiación solar, a la actividad eléctrica de la atmósfera y a las erupciones,
por lo que ahí fue posible el proceso de síntesis
prebiológica de
compuestos orgánicos o biomoléculas, a partir de compuestos inorgánicos.
Mediante evolución química, los compuestos orgánicos sencillos (monómeros) generaron compuestos de mayor
complejidad (polímeros), que originaron sistemas
precelulares como
los protobiontes, los cuales pasarían por una etapa de
evolución prebiológica. Millones de años después inició la
evolución biológica con la aparición de los primeros sistemas vivos o eubiontes, que posiblemente se parecían a las
bacterias que conocemos actualmente.
Esta teoría influyó
notablemente en todos los científicos preocupados por el problema del origen de
la vida. La Teoría quimiosintética de Oparin-Haldane cuenta con la mayor
cantidad de evidencias científicas que la corroboran, siendo la más importante
la obtenida en el experimento de Miller y Urey en el que se demostró
que a partir de compuestos inorgánicos se formaron compuestos orgánicos,
desarrollado en 1953. Además, científicos como Cyril Ponnamperuma, Alfonso Herrera y Sidney Fox han realizado diversas contribuciones experimentales y teóricas para sustentar esta teoría.
Cyril
Ponnamperuma realizó
experimentos que simulaban la hidrósfera y la atmosfera primitivas, basados en
los principios generales del Experimento de Miller y Urey. Este científico
colocó un matraz en el que el agua se vaporizaba y acumulaba todos los
productos de la reacción de una atmósfera reductora, que, en contacto directo
con ella, formaba lo que denominó una “sopa primitiva”. En los años 60´s este
científico expuso una solución de cianuro de hidrógeno (HCN) a la acción de los
rayos ultravioleta y después de una semana encontró las bases nitrogenadas
adenina y guanina, las cuales forman parte de los ácidos nucleicos, presentes
en los sistemas vivos.
Alfonso Herrera fue un científico mexicano interesado en el problema del
origen de la vida, publicó un artículo en 1942 en el cual explicaba la
formación de modelos precelulares llamados “sulfobios”, a partir de compuestos
inorgánicos como el tiocianato de amonio y formalina. Aun cuando es poco
probable que los sulfobios representen estructuras que antecedieron a las
primeras células, son ejemplos de un nivel de organización de la materia a
partir de grados más sencillos. Herrera fue el primer investigador que utilizó
sustancias que no eran de origen biológico para explicar el origen de la vida.
Sídney Fox entre los años 50´s y 60´s, sugirió que las primeras
células pudieron originarse a partir de modelos precelulares denominados
“microesférulas proteicas”. Estas microesférulas se generan mediante una serie
de reacciones químicas, cuando los aminoácidos se polimerizan por el calor y
posteriormente se disuelven en agua, en condiciones adecuadas de pH y de
concentraciones salinas. Aunque las microesférulas presentan una similitud
morfológica con las células, no se consideran sistemas vivos, sin embargo, su
formación nos da idea de cómo pudieron originarse los primeros sistemas vivos.
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Bibliografía:
Teoría: Oparin-Haldane. (2017, 09 de junio). Universidad Nacional Autónoma
de México. Portal Académico. Escuela nacional Colegio de Ciencias y
Humanidades. Consultado desde: http://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/biologia2/unidad1/teoriaQuimiosintetica/teoriaOparinHaldane.
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